La revolución industrial 4.0


Posted by:   Isabela Tamayo Galvis

                     Silvana Echeverri Ocampo


La cuarta revolución industrial o revolución 4.0 está cambiando el mundo en que vivimos. Poco a poco, este cambio disruptivo basado en el desarrollo y masificación de los sistemas ciberfísicos (internet de las cosas y big data), la implementación de la electrónica y la informática, ha transformado la vida cotidiana en diversos aspectos: desde la forma en que nos relacionamos y comunicamos, hasta los escenarios en los que trabajamos, estudiamos, convivimos, en síntesis, ejercemos nuestra ciudadanía.


Fundamentada en cinco pilares (digitalización, flexibilidad y personalización de la producción, logística, simulación y eficiencia en energía y materias primas), la revolución 4.0 ha extendido la frontera tecnológica en la que se desarrollan los procesos productivos, gracias a la incorporación de nuevos conceptos como la cadena de bloques, la Inteligencia Artificial, el big data, la automatización; en un todo tecnológico movilizado por la lógica de los algoritmos.


Take my hand / Unsplash


Tres ámbitos orgánicos van a experimentar cambios significativos por el advenimiento de este fenómeno estructural: el trabajo, la gobernanza y las empresas. En primer lugar, la automatización, la robótica y la computación avanzada, sitúan al trabajo en el epicentro de una tensión profunda debido a que, por efecto de la introducción de estas tecnologías, se considera que, al año 2022, alrededor de 7.1 millones de empleos desaparecerán; por lo menos, así lo plantea el estudio realizado por el Foro Económico Mundial en el año 2018, titulado The Future of Jobs. Sin embargo, nuevas profesiones y empleos surgirán y ello implicará una transformación radical en el conjunto de habilidades que los trabajadores deberán incorporar para mantenerse activos en el mercado laboral. El ejemplo más claro se ve reflejado en Kiva, el robot de Amazon que ordena, entrega y almacena paquetes, y multiplica por cuatro la productividad de un operario especialista.



Robots móviles de Kiva Systems / Amazon Robotics


Desde el punto de vista de la gobernanza, los estados deberán ajustar sus estructuras e instituciones de manera radical, de manera que no se queden rezagados en la brecha tecnológica que se avecina. Será necesario que los gobiernos modifiquen sus agendas actuales en términos del desarrollo de la Ciencia, Tecnología e Innovación, la reestructuración de los sistemas educativos, la democratización del acceso a la tecnología, la promoción de la innovación en el tejido empresarial, entre otros cambios, mediante la creación de alianzas con las fuerzas cívicas externas y reconfigurar los sistemas tradicionales para acompañar las nuevas formas de trabajo.


La empresa será una de esas organizaciones que sentirá el coletazo de este cambio estructural. Las tecnologías emergentes encaran una realidad de doble filo. Por un lado, el acceso a las mismas puede contribuir al mejoramiento de la eficiencia organizacional en el sentido de incrementar la velocidad de respuesta, las conexiones y vínculos con los ecosistemas productivos; en caso contrario, puede sumir a la empresa en un estado letárgico y distante de las nuevas dinámicas competitivas.


Robot standing near luggage bags / Lukas / Unsplash



Desde otra perspectiva, la masificación de la tecnología de información y comunicación, abrirá la puerta hacia la generación de nuevos modelos de negocio e industrias instaladas en la red mundial, transformando el ecosistema empresarial al añadir velocidad a la forma como se transmite la información y como se gestionan las cadenas de valor y abastecimiento.


Más allá de estos cambios. La revolución industrial 4.0 es un momento para repensar el sentido y significado de lo humano, de reivindicar las condiciones que nos hacen ser y sentido como sociedad y de advertir que inscribirse en las transformaciones venideras conllevará pensar en una agenda global que considere a las naciones, comunidades y familias excluidas de los beneficios de la economía mundial, por cuanto, más allá de una revolución tecnológica, lo que experimentamos es un cambio disruptivo en un producto de la imaginación humana.

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